6/09/2016

Poemas cortos para niños de primaria - Parte I (1 - 49)

Lista de 150 poemas cortos para niños de primaria 100% escritos en español. Esta colección de poemas puede utilizarse para niños de primero (1), segundo (2), tercer (3), cuarto (4) y quinto (5) grado, algunos poemas pueden llegar a tener entre 3, 4 y hasta 5 estrofas. Son muy prácticos y lúdicos para el aula de clase por su temática, autores y rima. Por la cantidad de poemas y para que pueda disfrutar de una mejor organización, el contenido se ha dividido en tres partes. En esta entrega encontrará los primeros 49 poemas.


En la etapa de la niñez se recomienda que los niños; lean y escuchen poemas cortos sobre todo entre los 7 y 10 años de edad. Nada mas ideal que generar espacios de formación adecuados para potenciar su capacidad de razonar, para ello se utilizan muchas dinámicas y didácticas en el hogar y también en clase donde se guía al hijo o estudiante en sus primeros años a organizar sus ideas.

Se han incluido poemas de diferentes temas entre los cuales tenemos: de amor y amistad, sobre la familia y el día de la madre, de animales, de la naturaleza, chistosos, entre otros, y se han escogido autores abre salientes entre los cuales encontramos a: Gabriela Mistral, Antonio Machado, Federico García Lorca, José Marta, Pablo Neruda, Amado Nervo, Octavio Paz y muchos mas...


Disfrute de estas lindas poesías en texto y también con metáforas e imágenes hermosas organizadas con dibujos y caricaturas agradables de acuerdo a su temática. Al finalizar el último poema de la lista encontrará un libro de  poemas en formato PDF, es un regalo que le he dejado muy bien ilustrado para que guarde toda la colección de poemas cortos para niños de primaria o si lo prefiere listo para que pueda imprimirlo.

  1. A la flor del romero

  2. A Margarita Debayle (Fragmento)
  3. A mis soledades voy (fragmento)
  4. A una nariz
  5. Abril
  6. Abuelita, cuéntame un cuento
  7. Admiróse un portugués

  8. Agua, ¿dónde vas?

  9. Amor eterno

  10. Antojos

  11. Asunto policial

  12. Bailaba la niña alegre
  13. Balada amarilla

  14. Balada del caracol negro
  15. Bota, bota, bella niña

  16. Caballito Trotador

  17. Caminante no hay camino
  18. Canción de cuna

  19. Canción de la hormiga
  20. Canción de la pulga

  21. Canción del caracol

  22. Canción del gato trovador
  23. Canción del mantis

  24. Cancioncilla sevillana
  25. Caperucita encarnada

  26. Casa

  27. Corre que te pillo
  28. De animales

  29. De cuentos

  30. De ola en ola

  31. Del barco que yo tuviera
  32. Día nublado

  33. Diálogo entre Babieca y Rocinante
  34. Disparates

  35. El ave


  36. El barquito de papel
  37. El canto de la cigarra

  38. El caracol Martín

  39. El champiñón

  40. El coche viejecito
  41. El correo

  42. El dentista en la selva
  43. El duende Raúl

  44. El elefante azul

  45. El Gallo despertador
  46. El gallo Nosé

  47. El gato

  48. El jilguero y la calandria
  49. El lagarto está llorando


1. A la flor del romero



A la flor del romero,
romero verde,
si el romero se seca
ya no florece.

Ya no florece,
ya ha florecido,
a la flor del romero
que se ha perdido.

A la flor,a la pitiflor,
a la verde oliva,
a los rayos del sol
se peina una niña,

En un poco de agua
se mira el reflejo,
por no tener dos cuartos
pa comprarse un espejo.

A la flor, a la pitiflor.

Autor: Federico García Lorca



2. A Margarita Debayle (fragmento)



Margarita está linda la mar, y el viento,
lleva esencia sutil de azahar; yo siento
en el alma una alondra cantar; tu acento:
Margarita, te voy a contar un cuento:

Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita, Margarita,
tan bonita, como tú.

Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.

La quería para hacerla
decorar un prendedor,
 con un verso y una perla

y una pluma y una flor.

Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.

Pues se fue la niña bella,

bajo el cielo y sobre el mar,

a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar. (Fragmento).

Autor: Ruben Darío


3. A mis soledades voy

A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos. (fragmento).

Autor: Lope de Vega


4. A una nariz

poemas cortos para niños de primaria - A una nariz

Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.

Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.

érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto;
Las doce tribus de narices era.

Érase un narcicísimo infinito,
Muchísimo nariz, nariz tan fiera,
Que en la cara de Anás fuera delito.

Autor: Francisco De Quevedo


5. Abril

El chamariz en el chopo.
-¿Y qué más?

El chopo en el cielo azul.
- ¿Y qué más?

El cielo azul en el agua.
- ¿Y qué más?

El agua en la hojita nueva.
- ¿Y qué más?

La hojita nueva en la rosa.
- ¿Y qué más?

La rosa en mi corazón.
- ¿Y qué más?
¡Mi corazón en el tuyo!

Autor: Juan Ramón Jiménez


6. Abuelita, cuéntame un cuento

Mi abuela, que es sabia,
siempre ha tenido
guardados los cuentos
que tiene aprendidos.

Es feliz si un niño pide
que le cuente un cuento,
y más feliz si ese niño
es uno de sus nietos.

Abuelita, soy Jorge,
cuentame un cuento,

sí mi cielo, yo te cuento,
sientate a gusto y mira mi cara
para ver como salen de
mi boca las palabras.

En el lago del jardín
entre sauces y geránios
hay una casa de piedra
y una familia de patos.

Mamá Tina ha reunido
a sus hijos los patitos,
es la hora de la clase,
nadaremos un ratito.

Uno a uno se lanzan
a las aguas, tras la madre,
animando al pequeñito
a seguirles al instante.

Duda un poco,
tiene miedo,
cierra los ojos,
levanta el vuelo,

ya está en el agua,
no pasa nada,
abre los ojos,
sonríe contento.

Mamá pata delante
después los patitos,
cantan felices
nadando un ratito.

Autor: Lourdes García Jimenez


7. Admiróse un portugués

Admiróse un portugués
de ver que en su tierna infancia
todos los niños en Francia
supieran hablar francés
¡Arte diabólico es!
dijo torciendo el mostacho
¡Que para hablar el gabacho
un fidalgo en Portugal
llega a viejo y lo habla mal
y aquí lo habla un muchacho

Autor: Nicolás Fernández de Moratín


8. Agua, ¿dónde vas?

Riyendo voy por el río
a las orillas del mar.

Mar, ¿adónde vas?

Río arriba voy buscando
fuente donde descansar.

Chopo, y tú ¿qué harás?

No quiero decirte nada.
Yo..., ¡temblar!

¿Qué deseo, qué no deseo,
por el río y por la mar?

(Cuatro pájaros sin rumbo
en el alto chopo están.)

Autor: Federico García Lorca


9. Amor eterno

Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar,
podrá romperse en eje de la tierra
como un débil cristal.

¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con un fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.

Autor: Gustavo Adolfo Bécquer


10. Antojos

-Mamá, yo quiero la luna.
-Hijo mío, está muy alta.

-Mamá, yo quiero un caballo.
-Hijo, si no tienes cuadra.

-Mamá, yo quiero un pececito.
-¿Y quién lo saca del agua?.

-Mamá, yo quiero una piedra.
-Eso, si...Ten dos, y calla.

Autor: Ángela Figuera


11. Asunto policial

En la estancia “La Querencia”,
partido de Chascomús,
me contaron esta historia
cuando yo jugaba al mus.

Resulta que en esos pagos

todo era tranquilidad

pues la gente trabajaba

con amor y honestidad.

Mas una noche de luna

cuando dormían las viejas,

recorrió los gallinero
s
una astuta comadreja.

Salieron a perseguirla

el toro, el perro y el gato,

la liebre, el tero, el ñandú,

todos con gran aparato.

—¡Cuidadito que se esconde!
—
se oía el grito del cuis,

mientras tanto la sotreta,

aprovechaba el desliz.

Se escapaba entre los yuyos

en el medio del bochinche.

Las gallinas, mientras tanto,

se agarraban un berrinche.

Llegó el tigre comisario

que puso en claro las cosas:

la sujetó por la cola,

le colocó las esposas.

Más ligero que volando

se la llevó tras las rejas

pa’acabar con las andanzas

de esa mala comadreja.

Como castigo ejemplar

tuvo que limpiar el suelo.

Desde las ocho a las doce,

debió batir bizcochuelo.

De ese modo sin igual

se acabaron sus macanas.

¡De andar por los gallineros

se le borraron las ganas!

Autor: Alicia Esain


12. Bailaba la niña alegre

Bailaba la niña alegre
en una noche estrellada.
Movíase, al son del aire,
bajo la luna de plata.

¡Cómo bailaba la niña!
¡Cómo la niña bailaba!
Con ojos como dos faros
y finas pestañas bordadas.

Con el corazón muy blanco
y mariposas en el alma.

Danzaba la alegre niña
bajo la noche estrellada
Cómo bailaba la niña,
cómo la niña bailaba.

Autor: Almudena Orellana


13. Balada amarilla

En lo alto de aquel monte
hay un arbolito verde.
Pastor que vas,
pastor que vienes.

Olivares soñolientos
bajan al llano caliente.

Pastor que vas,
pastor que vienes.
Ni ovejas blancas, ni perro,
ni cayado,ni amor tienes.

Pastor que vas,
como una sombra de oro
en el trigal te disuelvas.
Pastor que vienes.

Autor: Federico García Lorca


14. Balada del caracol negro

Caracoles negros.
Los niños sentados
escuchan un cuento.

El río traía
coronas de viento
y una gran serpiente
desde un tronco viejo
miraba las nubes
redondas del cielo.

Niño mío chico
¿donde estás?
Te siento
en el corazón
y no es verdad. Lejos
esperas que yo saque
tu alma del silencio
Caracoles grandes.
Caracoles negros.

Autor: Federico García Lorca


15. Bota, bota, bella niña

Bota, bota, bella niña,
ese precioso collar
en que brillan los diamantes
como el líquido cristal
de las perlas del rocío matinal.
Del bolsillo de aquel sátiro
salió el oro y salió el mal.

Bota, bota esa serpiente
que te quiere estrangular
enrollada en tu garganta
hecha de nieve y coral.

Autor: Rubén Darío


16. Caballito trotador

Caballito trotador
que vienes por el camino,
caballito trotador
ven a buscar a mi niño.

Que suba sobre tu lomo
y se vaya a la pradera
para que vea las flores
y los pájaros que vuelan.

Que el viento juegue en su cara
y le saque los colores,
que respire el aire fresco
ensanchando sus pulmones.

Que vea como la vida
despierta cada mañana,
que forma parte del mundo,
y que a la vida hay que amarla.

¡Mira!, nidos en las ramas
con sus pequeñitos huevos
y  un pájaro carpintero
abriendo un nuevo agujero.

Mariposas en las ramas
de colores irisados,
y negros escarabajos
y el gallo sobre el tejado.

Hormigas en fila india
corriendo hacia el hormiguero,
las ranas en el arroyo
parecen estar discutiendo.

Arañas de largas patas
tejiendo sus finas telas
y cigüeñas en la torre
tocando las castañuelas.
Mira como en la casa
te saluda Kuko, el perro,
cuando bajas del caballo
al final de tu paseo.

Autor: Lourdes García Jiménez


17. Caminante no hay camino

Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.

Autor: Antonio Machado


18. Canción de cuna

Duerme mi niño,
duerme en tu cuna,
duerme que yo te canto,
te está mirando la luna.

Luna lunera,
mi niño se está durmiendo,
que los luceros del cielo
guarden silencio.

Duerme mi niño,
que yo velaré tu sueño,
el murmullo de la fuente
quedó prendido en el viento.

La abuela te está mirando
la dulzura de tu cara,
y tu me miras callado
con inocencia en tu alma.

Tus ojos de verde luna,            
tus manos de azúcar blanco,
tu boca de pan de leche,
tu pelo trigo dorado.

Mi niño se está durmiendo,
silencio, todos callados,
los pájaros de la plaza,
las nubes sobre el tejado.

La abuela le está cantando,
mi niño se está durmiendo,
que los luceros del cielo
guarden silencio.

Autor: Lourdes García Jiménez


19. Canción de la hormiga

Con lo frágil que soy,
tierna y pequeña,
de a poco llevaré
toda esta leña.

El invierno será
ventoso y frío;
por eso vengo y voy
por piedra y río.

Cuando empiece a llover
tendré todo hecho
y cantaré feliz
bajo el helecho.                                            

Autor: Carlos Marianidis


20. Canción de la pulga

A dónde vas, paloma
cuello verde y violeta,
ojos anaranjados,
misteriosa y coqueta...
Alas grises y blancas
y negras y azuladas,
pico oscuro y brillante,
patitas coloradas...
Cuando emprendas tu vuelo,
llévame en una pluma
y suéltame en el mar
donde haya mucha espuma.

Autor: Carlos Marianidis


21. Canción del caracol

Despacio, despacio,
que nadie me apura.
El junco se hamaca,
el río murmura.

Despacio, despacio,
sin ninguna prisa.
Viene olor a rosas
si sopla la brisa.

Despacio, despacio,
sin desesperar:
manteniendo el ritmo,
siempre he de llegar.

Autor: Carlos Marianidis


22. Canción del gato trovador

Soy el Gato Trovador
que maúlla en los tejados,
en galpones y tinglados
cuando nadie puede verme,
porque medio mundo duerme
y sólo quedan despiertos
los gatos enamorados.

Yo le canto a todo el barrio,
a chiquitos y a grandotes,
loros, lauchitas, perrotes
y, sobre todo, a la luna
que quiero más que a ninguna,
porque gracias a ella veo
si me tiran con cascotes.

Y aquí me pongo a cantar,
al compás de las estrellas,
que son las cosas más bellas
que hay en el firmamento
y ahora me voy, atento,
mientras trepo a mi terraza
para encontrarme con ellas...

Autor: Carlos Marianidis


23. Canción del mantis

Soy un bicho todo verde,
delgado como un palito.
Salté al lado de una niña
y la pequeña dio un grito

Yo puse mis patas juntas
como si fuera a rezar
y en vez de tranquilizarse,
la niña empezó a llorar.

Moví apenas la cabeza
para besarla en un dedo
y la niña se escapó...
¡casi me muero de miedo!

Autor: Carlos Marianidis


24. Cancioncilla sevillana

Amanecía
en el naranjel.
Abejitas de oro
buscaban la miel.

¿Donde estará
la miel?
Está en la flor azul
Isabel.

En la flor,
del romero aquel.
(Sillita de oro
para el moro.

Silla de oropel
para su mujer)
Amanecía
en el naranjel.

Autor: Federico García Lorca


25. Caperucita encarnada

-Caperucita, la más pequeña
de mis amigas ¿en donde está?
-Al viejo bosque se fue por leña,
por leña seca para amasar.

-Caperucita, di ¿no ha venido?
¿como tan tarde no regresó?
-Tras ella todos al bosque han ido
pero ninguno se la encontró.

-Decidme, niños ¿qué es lo que os pasa?
¿Qué mala nueva llegó a la casa?
¿Porqué esos llantos?¿Por qué esos gritos?
¿Caperucita no regresó?
-Solo trajeron sus zapatitos.
-Dicen que el lobo se la comió.

Autor: Francisco Villaespesa


26. Casa

Ventanas azules
verdes escaleras,
muros amarillos
con enredaderos,
y en el tajadillo
palomas caseras.

Autor: Clemencia Laborda


27. ¡Corre que te pillo!

¡Corre que te corre!
¡A correr, mi niño,
sobre la hierba verde
y el tomillo!

¡A correr, que el viento
peinará tus rizos
y las mariposas
bailarán contigo!

¡Corre que te corre!
¡corre que te pillo!
Se cansó mamita:
corre tú solito.

Autor: Ángela Figuera


28. De animales

Mejor nadador, el pez.
Quien más se ríe, la hiena.
Cuellilarga, la jirafa.
Gordísima, la ballena.

Gigantesco, el elefante;
Elegante, la gacela.
El más malo, el tiburón...
La más negra, la pantera.

Pequeñísima, la pulga.
El más charlatán, el loro;
sucia y muy fea, la rata;
el más divertido, el mono.

La más rayada, la cebra.
El que más pica, el mosquito;
El más dormilón, el oso...
El más suave, el conejito.

El más sabihondo, el búho.
La que más "curra", la hormiga,
El más silencioso, el gato
y la eléctrica, la anguila.

Autor: Alicia Borrás


29. De cuentos

En mi cuento había
un rey muy gracioso
a quien le encantaba
vestirse de oso

y una reina flaca
loca por las motos
que nunca llevaba
vestidos lujosos,

sino camisetas,
 pantalón vaquero,
botas militares
y chupa de cuero.

En mi cuento, niños,
estaban también
las princesas Iria,
Irene e Inés.
Iria, la mayor,
era una princesa
(puedo asegurarlo)
de pies a cabeza

Vestía con telas
siempre delicadas
y estaba atendida
por muchas criadas.

La segunda, Irene,
sólo era feliz
con un libro abierto
frente a su nariz.

En la biblioteca
se pasaba el día
leyendo y leyendo
los libros que había

Inés, la tercera,
amaba el teatro
e iba por palacio
siempre interpretando...

Podíamos verla
recitando versos
o frente a un espejo
ensayando gestos.

Todos en mi cuento
eran muy felices
y seguramente
comían perdices...

Autor: Alicia Borrás


30. De ola en ola

De ola en ola,
de rama en rama,
el viento silba
cada mañana.

De sol a sol,
de luna a luna,
la madre mece,
mece la cuna.

Esté en la playa
o esté en el puerto,
la barca mía
la lleva el viento.

Autor: Antonio García Teijeiro


31. Del barco que yo tuviera

Del barco que yo tuviera
serías tu la costurera.
Las jarcias, de seda fina;
de fina holanda, la vela.
¿Y el hilo marinerita?
Un cabello de tus trenzas.

Autor: Rafael Alberti


32. Día nublado

Allá arriba, por el cielo, una nubecita oscura
fue cambiando sin que nadie aquí abajo lo notara.
Al principio, era una oveja de redondeada figura,
pero después fue tomando forma cada vez más rara:
en poco tiempo se infló como pan con levadura,
alargándose después, como si alguien la amasara;
fue elefante, dinosaurio y un dragón todo negrura
que le sopló al pobre sol sol el humo sobre la cara.

Autor: Carlos Marianidis


33. Diálogo entre Babieca y Rocinante

"¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?"
"Porque nunca se come, y se trabaja."
"Pues ¿qué es de la cebada y de la paja?"
"No me deja mi amo ni un bocado."

"Anda, señor que estáis muy mal criado,
pues vuestra lengua de asno al amo ultraja."
"Asno se es de la cuna a la mortaja.
¿Queréislo ver? Miradlo enamorado."

"¿Es necedad amar?" "No es gran prudencia."
"Metafísico estáis." "Es que no como."
"Quejaos del escudero." "No es bastante.

¿Cómo me he de quejar, en mi dolencia,
si el amo y escudero o mayordomo
son tan rocines como Rocinantes?"

Autor: Miguel de Cervantes


34. Disparates

Tengo que pasar el río
a caballo de un mosquito
para que me digan todos
¡qué caballo tan bonito!

He visto un monte volar
una casa andar a gatas
y allá en el fondo del mar
un burro asando patatas.

Autor: Desconocido


35. El ave

para cantar
piensa en el mar.
Está enamorada la luna
de la canción encantada
del ave sobre mi cuna...
cuida mis sueños un hada.
Mi ave
es melodía
de cada día.

Autor: Alma Velasco


36. El barquito de papel

Con la mitad de un periódico
hice un barco de papel,
en la fuente de mi casa
le hice navegar muy bien.

Mi hermana con su abanico
sopla, y sopla sobre él.
¡Buen viaje, muy buen viaje,
barquichuelo de papel!

Autor: Amado Nervo


37. El canto de la cigarra

Ha llegado el mes de junio
y en un árbol del jardín
canta un adulto cigarra
con un ruidoso cri cri.

Está llamando a su hembra
que vive un poco más lejos,
quiere que le acompañe
a dar un largo paseo.

Le invitará a merendar
en un sauce junto al río,
le pedirá en matrimonio
regalándole un anillo.

Poco tiempo después
la cigarra pone huevos,
que en número de trescientos
coloca en un agujero.

Las ninfas se caen al suelo
cuando nacen en otoño
y vivirán por dos años
en las raices del tronco.

Arriba, en las ramas del árbol
la cigarra sigue cantando,
estamos en pleno verano
y vive preocupado.

Cigarra, ten mucho cuidado.
un pájaro que te está oyendo
está ecuchando tu canto
y eres un rico bocado.

Autor: Lourdes García Jiménez


38. El caracol Martín

Una vez en mi jardín
pasó algo extraordinario:
se vio al caracol Martín
sentado leyendo el diario.

Le pregunté preocupada:
—Oiga señor, ¿qué le pasa?
Él me dijo tristemente:
—Aquí ando, buscando casa.

—¿Qué ha pasado con la suya?
—fue mi pregunta inmediata.
—La he perdido —dijo el pobre—.
¡Un auto casi me mata!

—No se aflija, Don Martín
—le contestó mi hermanita
y en un momento le puso
sobre el lomo, una cajita.

Entonces el caracol 
se fue
a dormir muy contento

porque en lugar de una casa…

¡Tenía departamento!

Autor: María Alicia Esain


39. El champiñón

Debajo del champiñón
asoma sus cuernos largos,
muy serio, don Caracol.
¿Por qué se esconde en la seta
si ya no calienta el sol?
-Por qué como se ha nublado
con el champiñón ya tengo
el paraguas preparado.

Autor: Ana María Romero Yebra


40. El coche viejecito

Es un coche viejecito,
aparcado en un rincón,
que duerme solo la siesta
cuando "pega" fuerte el sol.

¿Quién se asoma a la ventana?
¿esos ojos de quién son?,
¡anda! pero si es un conejo,
arráscame, ¡por favor!

El perro que ve la escena
ladra y corre muy contento,
quiere que le permitan
dormir en el suave asiento.

Un palomo mensajero
con una carta en el pico,
estornuda sobre un faro,
¡vaya! ¡se ha resfriado!.

La araña Valentina, que en
un rincón se ha instalado,
le tejerá una bufanda,
de algodón muy bien hilado.

Una abeja muy zumbona
entra con mucho revuelo,
¡cuidadito!, ¡no nos piques!,
¡mira que no te queremos!.

Un gato muy avispado
ha encontrado la ocasión,
de hacer nuevos amigos
y aprovechar un rincón.

Dos hormigas despistadas
corretean por el suelo,
¿será posible?, ¡señores!,
¿no encontrar el agujero?.

El coche está muy contento
de no encontrarse solito
y llora dando las gracias
por tener tantos amigos.

Autor: Lourdes García Jiménez

41. El correo

Quiero escribirte una carta.

Una palomita blanca,
un suspiro de algodón,
una risa con destino,
un dardo en el corazón.

La mandaré por el río,
que sí, que no,
la mandaré por avión.

Una rosa de papel,
un barquito aventurero,
unas palabras de miel.
No se la daré al cartero.
                                                               
Con el soplo del vilano,
que sí, que no,
te la llevaré a la mano.

Autor: Ayes Tortosa

42. El dentista en la selva

Por la mañana
El dentista de la selva
Trabajó intensamente
Con un feroche cliente.
Era el rey de la jungla,
Era un león imponente,
Con colmillos careados
Y que le faltaba un diente.

Por la tarde
Y dijo el doctor dentista
A su enfermera reciente:
-pon el cartel en la choza,
no recibo más pacientes,
ha venido un cocodrilo
que tiene más de cien dientes.

Autor: Gloria Fuertes

43. El duende Raúl

El duende Raúl
se viste de verde,
zapatos de ola
con cascabeles,
Pantalones rojos,
chaqueta azulada,
orejas picudas
y pelo naranja.

Le gusta la música
y toca la flauta,
vive en los sueños,
en casa de plata,
Es un personaje
de cuento infantil
aparece siempre
para hacerte dormir.

Autor: Lourdes García Jiménez

44. El elefante azul

Anteanoche he perdido a mi elefante
y parece que se fue lo más campante.

Me contaron que marchó con la jirafa
a buscar algunos discos a su casa.

¿Será cierto que quieren armar bailes
y saltar dando mil vueltas por el aire?

¡Cómo extraño los besos de su trompa
y su juego en la bañera haciendo pompas!

Cuando llega la noche yo lo llamo,
sólo duermo si me toma de su mano…

¡Se me pasa la noche dando vueltas
y los osos de mi cuna se despiertan!

Es entonces cuando mamá me canta
esa canción de gatos que me encanta.

Y me promete que vendrán los abuelos
para traerme otro elefante nuevo.

Autor: Alicia Esain

45. El gallo despertador

Kikirikí,
estoy aquí,
decía el gallo
Colibrí.

El gallo Colibrí
era pelirrojo,
y era su traje
de hermoso plumaje.

Kikirikí.
levántate campesino,
que ya está el sol
de camino.

Kikiriki.
levántate labrador,
despierta con alegría,
que viene el día.

Niños del pueblo
despertad con el ole,
que os esperan en el "cole'.
El pueblo no necesita reloj,
le vale el gallo despertador.

Autor: Gloria Fuertes

46. El gallo Nosé

El gallo Nosé
en el palo colgado
canta kikirikí
porque es un gallo.

Mira al león
en el suelo tumbado,
le dice "tonto" "payaso"
y el león sigue tumbado.

Es verdad que le ofende
pero no se preocupa
¿a ver como sube
a pedirle disculpas?

Tanto kikiriki
el palo se rompe,
a ver si adivinas
que sucede entonces.
¡Pues no! ¡mal pensado!
¡¡el gallo escapó volando!!

Autor: Lourdes García Jiménez

47. El gato                     

El gato
cuando está ronco
imita al pato.
El gato se vuelve loco
cuando aparece un ratón
y lo invita poco a poco
para ver televisión.
Mi gato
es cojín esponjado
junto a mi lado.

Autor: Alma Velasco

48. El jilguero y la calandria

Les quiero contar la historia

de un jilguerito cantor

que tocaba la guitarra

y era muy buen payador.


Él estaba enamorado

de una calandria mimosa

que cantaba dulcemente

en la rama de una rosa.


Juntos volaban ligero,

juntos juntaban bichitos

y alegraban con sus trinos

a papas y rabanitos.


Un día los asustó

un gatazo grande y fiero

que dando fuertes maullidos

los miraba desde el suelo.


Del miedo se le cayó

al jilguero la guitarra

justo cuando iban a actuar

porque esa noche había farra.


Cuando la pobre calandria

pensó: “¡El gato me agarra!”

llegó un perro vigilante

que al gato sacó corriendo

sin perder un solo instante.


Le devolvió el instrumento

al pajarito cantor

y a la bonita calandria

la adornó con una flor.


Volando muy apurados

para la fiesta se fueron

y allá cantaron tan bien

que todos los aplaudieron.

Autor: Alicia Esain

49. El lagarto está llorando 

El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.
El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.

Han perdido sin querer
su anillo de desposados.
¡Ay, su anillito de plomo,
ay, su anillito plomado!

Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.
El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.

¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!
¡Ay cómo lloran y lloran, ¡ay!,
¡ay!, cómo están llorando!

Autor: Federico García Lorca

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